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2-Junio-2013 José García

Nuestro compañero, el Dr. José García, nos compartió un interesante cronograma evolutivo del sistema de dominación actual al cual al mismo tiempo tratamos combatir desde las trincheras del pensamiento y de la imaginación, de la acción y... sí, del amor. El sistema neoliberal, así pues, tiene sus origenes enlazados con el esclavismo, el feudalismo y el liberalismo. La lógica del amo y el esclavo ha persistido desde entonces, cambiando después su faz por la del señor feudal y del siervo, por la del burgués y la del proletario ahora.
El liberalismo que surgió durante la Ilustración en Europa pregonaba los derechos y las libertades individuales, lo cual en principio sonaba bastante bien, llegando incluso a ser contemplados en las leyes de los Estados, pero a la larga este individualismo resultó ser un instrumento más del sistema capitalista (como el Estado mismo) al permitir bajo estos fundamentos acentuar aún más la diferenciación y la división entre los comunes, es decir entre nosotros. Hoy en día, en medio de un nuevo liberalismo que surge triunfante tras el colapso comunista, somos bombardeados a diario a través de los medios masivos con mensajes publicitarios de manera explícita en los anuncios comerciales y de modo implícito en series, películas, etc., mismos que buscan exacerbar esas diferencias entre nosotros enalteciendo el egoísmo con la presunción y la envidia que genera el lograr poseer lo que otros no, sea el coche del año, los tenis de moda, el celular del mes. El éxito se equipara a la victoria sobre el otro porque el otro es mi adversario, un enemigo potencial de mi felicidad, una felicidad que igualmente es proporcional a la capacidad de gasto que se disponga y a los reflectores que te iluminen. Es el paraíso egocéntrico. Así pues, "el sistema trabaja para que no nos reconozcamos en el otro".

José García nos aseveró que tales diferencias no existen, son imposiciones ideológicas del sistema, pues al final todos somos iguales y la fuerza de trabajo (ya sea intelectual o física) es la que nos da esa igualdad. Es nuestra condición de proletarios- aunque no seamos obreros en el sentido tradicional sino empleados prestadores de servicios [o aun dizque empresarios (que nada tienen que ver con los magnates dueños de grandes corporaciones multinacionales)], es decir aunque no usemos una hoz o un martillo sino estemos, por ejemplo, en una oficina detrás de una computadora- la que nos hace idénticos ante el vampiro neoliberal que busca chuparnos la vida en aras del capital. Privatizando las ganancias, socializando las pérdidas.


Hubo más que nos comentó el compañero, José García, pero nunca es suficiente para rescatar todas las palabras e ideas de los ponentes en estas breves relatorías (que incluso pueden pecar de agregados u ornamentos excesivos debido a que con el paso de las horas o de los días cuando al fin se escribe ésta la ponencia en el recuerdo ya comenzó un inevitable proceso de difuminación que incluso puede mezclarse con retazos de otras memorias por ahí arrumbadas en algún rincón de la mente de quien escribe  y finalmente tenemos ante nosotros una aproximación algo desvirtuada, no obstante honesta, de lo que fue el evento).

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Entre los compañeros del público hubo quien nos recomendó, muy ad hoc, al psicoanalista Erich Fromm y su libro Tener o Ser http://vistoenlaweb.org/2012/10/22/descarga-ebook-pdf-tener-o-ser/ 

Otra compañera nos leyó un breve texto de Eduardo Galeano: http://www.taringa.net/comunidades/kindle/5522725/Los-Hijos-de-los-Dias.html

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Antes de concluir, ante el comentario de otro compañero del auditorio, interesante fue la mención de José de que la preocupación por la ecología funciona como un elemento distractor y manipulador por parte del sistema capitalista. Es innegable que el mundo se está deteriorando porque sus recursos están siendo agotados por la naturaleza irracional del capitalismo desbordado de nuestros tiempos. Pero no somos la gran mayoría de los hombres los  culpables de todo esto y sin embargo el sistema ha logrado internalizar un sentimiento de culpa en mucha gente de tal manera que ahora ella se siente responsable de la desgracia ecológica del planeta y piensa que la prioridad de su acción es ecológica soslayando así otras vertientes. Esto no es así, es una minoría de potentados quienes son los responsables de este desastre, ellos son los principales contaminadores del planeta, para ejemplo, por qué no te venden un coche eléctrico ya habiendo tecnología suficiente para que estos circulen por nuestras ciudades; desde luego los poderosos intereses económicos (y la carencia de valores éticos) que hay detrás del petróleo no se los permiten. Entonces nuestra prioridad de acción es la transformación del sistema económico, pues sólo así podremos lograr la recuperación ecológica de nuestro mundo y no al revés.

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